Desde fuera o desde lejos puede parecer mentira, pero, desgraciadamente, es más que frecuente que el mundo de la tecnología y el de la gestión anden absolutamente disociados y, en muchos casos, como enemigos totalmente declarados.
Si te dedicas a esto de las nuevas tecnologías, se puede oír cómo, con mucho desprecio, un experto (supuestamente) en gestión habla de los profesionales expertos en tecnología como de gente inmadura, con pocas habilidades sociales, sin visión de negocio ni de proyecto, etc. Y viceversa, es mucho más frecuente de lo deseable escuchar a un supuesto buen tecnólogo mofarse y despreciar a un profesional que se dedique a la gestión.
Y me pregunto, ¿pero son ambos (supuestos) buenos profesionales tan miopes y torpes (de ahí en reincidir en lo de “supuesto”) para no darse cuenta que, en condiciones normales, uno no puede andar sin el otro?. Y sí, ¡lo son!
Empecemos por el principio. Es absolutamente imposible llevar a cabo con éxito un buen proyecto sin sus dos principales componentes:
+ Ejecución impecable.
+ Buena gestión (planificación, gestión de riesgos, de cambios, etc.)
Y, como seres humanos, siempre se ha hecho así desde nuestros orígenes. Los romanos, cuando construían un buen acueducto, tallaban y ponían las piedras de forma impecable (a los hechos me remito), pero ya habían hecho unos planos, habían evaluado los riesgos, preparaban a la población, comunicaban, etc. Sin esas otras tareas, quizás las piedras, por muy bien talladas y puestas que estuvieran, no podrían conducir agua o la conducirían al mar…
A lo largo de la historia, se ha llamado a eso de la gestión de diferentes maneras, pero siempre se ha hecho, de forma necesaria. Hace muchos años, cuando trabajaba los veranos con mi padre en el taller y teníamos que hacer un trabajo complejo y de envergadura, siempre empezaba con un “a ver si nos entendemos”, que era la frase que indicaba que íbamos a planificar, ver los riesgos, etc… ¡Planificar! Y, evidentemente, luego venía la ejecución, que siempre era impecable (esto lo pongo por si me lee él, aunque… desgraciadamente, seguro que no, porque esto de las nuevas tecnologías no va mucho en él)
Entonces, ¿por qué ese rechazo mutuo?
¿Verdad?, parece mentira que ocurra algo así, pero sucede.
En mi opinión, un buen profesional ha de ser polivalente y polifacético. Un buen gestor ha de tener cierta sensibilidad y conocimientos técnicos para valorar y admirar lo que hace un buen tecnólogo y, por otra parte, un buen tecnólogo ha de ser consciente que, por muy bien que configure servidores o desarrolle software, de nada o muy poco servirá si no se hace embebido en una correcta gestión. Y lo ideal es que un mismo profesional pudiera hacer tareas de ambas naturalezas, pero… eso es mucho desearPor lo tanto, sería un gran avance para esta nuestra profesión que la gestión y la tecnología (como aspectos puros) conformaran un perfecto binomio en el cual cada parte estuviera orgullosa de la otra y juntas, de la mano, se les viera por el jardín… (como dice la canción) camino al éxito de los proyectos, que no es sino que acaben bien en tiempo y forma. Hagamos tecnología bien gestionada o gestión tecnológica.