Sí, claro, todos lo sabemos ya y estamos de acuerdo, ¡maldita crisis! ya estamos hartos de oír hablar de ella y de que hable ella. Es como una niña mimada, todo gira a su alrededor, es caprichosa, impredecible, con muy mal genio, no encaja un "no" por respuesta,... en fin, que andamos apañados.
Pero ella juega con ventaja porque sabe que todos nos achantamos y nos encojemos de hombros pensando: "bueno, las cosas están así, ¿qué le vamos a hacer?, ya hay quien sabe y se ocupa del tema" y ¡ZAS! esa es su oportunidad y golpea con más fuerza e insistencia, porque NO, no hay otros ocupándose de nada, porque la crisis no es sino la suma de las actitudes individuales para convertirse en una actitud colectiva y es una caprichosa que se alimenta, cada día más, de nuestro derrotismo, de nuestra pasividad, de nuestra resignación, de nuestro desentendimiento. Se aprovecha de nosotros para crecer y hacerse importante. La pregunta pues es ¿es sólo culpa de otros?, ¿puedo hacer algo por atajar su crecimiento y orgullo?. ¡SI!, definitivamente sí.
Pues claro, lo primero que podemos hacer es olvidarnos de ella, darle la espalda, que no sea tan creída y tan orgullosa (shhhh, entre nosotros, eso es lo que peor le sienta) y luego, ponernos manos a la obra. Me encanta una frase (que estarás harto de oírla en estos tiempos) atribuida a
A. Einstein: "
No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos". Puedes pensar "¿Y qué me va a enseñar a mí un tipo que casi siempre que lo veo me está sacando la lengua y ni se peina?, pero no lo subestimes...
Pues esa frase encierra todo el misterio de lo que podemos hacer en estos momentos. No hemos hacer nada como lo venimos haciendo hasta ahora. Si todos y cada uno de nosotros nos ponemos a trabajar con tenacidad, con iniciativa propia, con originalidad, con ganas,... esta maldita caprichosa se sentirá acosada e irá perdiendo poder e interés hasta que consigamos desbancarla y echarla de nuestro lado.
La crisis (toda crisis) es un estado de ánimo, es un enfoque concreto. Hay causas objetivas, claro está, pero la dureza y duración depende de las actitudes.
Este es el momento de emprender, de arriesgar, de reinventarse y salir fortalecido. No es momento de mirar a otro lado, lavarse las manos y pensar que la culpa es de otros, que otros están trabajando en ello y ya saldremos de ésta y que no podemos hacer nada al respecto.
Cuando alguien me pregunta por qué, en este preciso momento, decidimos crear una empresa y salir al mercado, les digo "precisamente por eso, porque era el momento adecuado, hay que hacer las cosas de una manera diferente, asumiendo riesgos". Actúa, trabaja duro, deja de perder tiempo pensando en cómo están de bien o mal las cosas y ocúpate (sí, ocuparse siempre es mucho más productivo que preocuparse). Tú y yo, juntos, podemos hacer que la niña caprichosa acabe largándose en entre nosotros, ¿vienes?