En primer lugar, antes de meternos en barrena, quiero dar las gracias a Andrea y a Antonio de excentia, por la acogida y la ayuda brindada para colaborar y distribuir esta serie de artículos de QA Lovers, en su blog y sus redes sociales.
Hace poco, apareció una noticia que me llamó mucho la atención. El 30% del presupuesto de IT de las empresas, iría destinado a testing y aseguramiento de la calidad.
Esto me dio una idea de lo que está sucediendo a día de hoy. Son cada vez más las empresas que deciden, y, sobre todo, buscan, a un tester en sus equipos, algo que hace un tiempo no era tan fácil de ver. Esta figura ha evolucionado progresivamente su rol, transformándose desde alguien que realizaba pruebas, unida al equipo de desarrollo, a una figura que es totalmente transversal en el ciclo de vida de un producto.
¿Por qué este cambio de tendencia? Muy fácil: el usuario cada día se hace más especializado.
Ahora uno sabe exactamente lo que quiere, entiende cómo se realizan las cosas y más si paga por ello, y si ofrecemos un mal producto, la opinión negativa saldrá hasta de debajo de las piedras. Buena “culpa” de ello, la tienen las redes sociales y la repercusión que damos ahora mismo a éstas, pudiendo “destrozar” un producto en cuestión de horas.
La reputación, el buen hacer y la calidad en lo que ponemos en producción, es determinante a la hora de que nuestros clientes estén satisfechos y nuestra reputación suba como la espuma.
Las empresas están cada vez más preocupadas de las redes sociales, de las opiniones, del mundo digital en general… y se aseguran de que lo que lanzan al mercado funciona exactamente como debería, sin dejar cabos sueltos. Dentro de todo este entramado, la persona que se encarga de ese correcto funcionamiento es, por supuesto, el tester.
La figura del tester está tomando una importancia increíble y es rara la empresa o proyecto donde no se encuentre y forme parte del ciclo de vida del producto.
Además, no solo la figura está presente, si no que es cada vez más especialista y conocedora de todas las patas existentes en el desarrollo y creación de un producto, pudiendo trabajar mano a mano desde la etapa comercial, aportando su visión de cómo hay que vender el proyecto para que se realicen todas las pruebas necesarias, como en la etapa de definición del producto, visionando como será mejor el diseño de cara al usuario final. Si lo pensamos de manera global, el tester tiene una visión transversal de todo el ciclo y no solo se queda en su cajita, pudiendo trasladar todo ese conocimiento a todas las áreas y siendo el enlace vital entre todas las personas.
Hay infinidad de ejemplos de empresas en las que encontramos un ciclo basándose en pruebas. Comenzando por las unitarias, de integración, de sistemas y acabando por las de regresión, asegurándose que a cada paso que se da, hay una o más pruebas comprobando el correcto funcionamiento de su aplicación, asegurándose de que al usuario final le llega un producto de calidad. Ahora también estamos entrando en ciclos de integración continua, donde, nos aseguramos que en cada entrega se ejecutan los test adecuados para evitar regresiones y fallos inoportunos.
Una empresa que trabaja de esta manera y con estos ciclos, se está asegurando el éxito, obteniendo además la satisfacción de que su aplicación es de una muy buena calidad, teniendo opiniones muy positivas, haciendo que el boca a boca le garantice más ventas y por lo tanto unos mayores ingresos. Hay diferentes indicadores que demuestran que el retorno de inversión es exponencialmente alto y que no solo hay que quedarse con que la calidad “nos vale dinero” si no que tenemos que pensar en el ahorro al introducir un ciclo de calidad completo y adecuado.
Hablando de la figura del tester, a pesar de que hace unos años no se consideraba tan importante o vital, es a día de hoy una profesión muy demandada y que, si rebuscamos en los principales portales de empleo, nos encontramos que las empresas están demandando de manera muy inteligente estos perfiles. También debo de decir que apostar por calidad es algo que no es inmediato ni los que nos dedicamos a esto, tenemos una varita mágica. La inversión debe de ser a medio plazo, no tirar la toalla al cabo de un año, sino que el retorno de inversión importante y clave se suele conseguir en unos tres años de media. Eso si, hay puntos de mejora y de eficiencia casi al instante de introducir unas ligeras y pequeñas pautas.
Si confiamos y tenemos en la cabeza esta labor a medio plazo, la decisión puede llegar a ser decisiva en la vida de una aplicación lanzada al mercado. Si el tester es inexistente o tiramos la toalla antes de tiempo, los proyectos que vengan fracasarán rotundamente u obtendrán críticas negativas, cabreos del cliente que nos ha contratado y retrasos en entregas, peloteos por baja calidad e incluso haremos que el cliente aumente su esfuerzo y molestia ya que tendrán que realizar las pruebas ell@s mism@s.
En muchas ocasiones, también se intenta apostar a una sola cara de la moneda, dejando toda la responsabilidad de las pruebas al equipo de desarrollo, un error garrafal, ya que no cuentan con todo el expertise de pruebas necesario para garantizar su propio software. Como siempre digo, cada perfil es experto en su terreno, si buscamos que perfiles diferentes hagan diferentes trabajos, nuestro fracaso será sonado y en muy poco tiempo.
El ejemplo es claro, si vamos a un hospital hay un equipo profesional increíble en su propio oficio, pero: ¿dejaríamos que nos operase el enfermero y no el cirujano? Total, son del mismo equipo, ¿verdad? En el caso del desarrollo de un producto pasa igual, pensadlo fríamente.
Llevo diez años involucrado profesionalmente al 100% en testing y aseguramiento de la calidad y en mi humilde opinión, apostar por testing es garantía de éxito para la empresa y para los proyectos que se aborden. Si de verdad queremos que la repercusión empresarial sea importante, hay que materializar un proceso completo de pruebas desde el inicio al fin del producto y si queremos que el retorno de la inversión sea total, debemos de pensar en el medio plazo y no tirar la toalla antes de tiempo.
En QA Lovers nos dedicamos a implantar inteligencia profesional y mejorar el día a día de las personas, gracias a la implantación de procesos y la integración de cultura de calidad en equipos de trabajo.