Tras toda la innovación digital de Hofmann, se encontraban múltiples proyectos de software que necesitaban ser analizados para asegurar la operativa del negocio.
Aplicaciones para móvil y escritorio que descargan los usuarios para poder crear productos personalizados, el ecommerce (backoffice y pasarela), un dashboard de producción,
apps de uso internet o toda la suite de la fábrica de producción, son algunos de los ejemplos del software que maneja Hofmann.
Hofmann no era capaz de medir la calidad del código de su software ni el de sus proveedores.
El objetivo del proyecto era centralizar el control y la gestión de todo el software.
Implantar SonarQube, integración con Jenkins y migración a repositorios de control de versiones.
Hofmann, empresa líder en álbumes digitales y productos de fotografía personalizados, transformó su producto físico en toda una revolución digital.
Desde los típicos marcos que tienen nuestras abuelas hasta los actuales álbumes digitales personalizados y, es así, como esta empresa valenciana ha estado presente en la historia de la fotografía.
Esta situación en la que internamente no se participaba en gran parte del desarrollo, provocaba un sentimiento de frustración en el equipo de Hofmann porque no se sentían útiles al no poder participar en el desarrollo de software.
Además, su código se encontraba en un estado de descentralización y descontrol porque no había un lugar único en el que residiesen las aplicaciones software de la compañía. Por si fuera poco, esta situación también implicaba una respuesta muy lenta a errores y un reporte de bugs muy pobre. Ante este contexto, teníamos claro que el primer paso era centralizar el control y la gestión de todo ese software.
Las aplicaciones de Hofmann se estaban convirtiendo en grandes proyectos críticos para el negocio, que se cambiaban constantemente sin ningún tipo de control.
Con la incorporación del control de versiones, se pretendía no solo mejorar la gestión y transparencia en el código, sino proveer al equipo técnico de un sistema de versiones que les permita mejorar el código de sus aplicaciones sin tener un impacto negativo y directo en el negocio.
Con excentia, Hofmann encontró un partner que los acompañaría en el camino de inspección continua. El primer paso fue pasar del envío de binarios al FTP de Hofmann, a un SVN compartido. Se incorporó el control de versiones, siendo ésta la pieza clave y necesaria del entorno de calidad e integración continua que estaba arrancando.
Además, les ayudamos en la implantación de SonarQube y su integración con herramientas como Jenkins, creando un sistema completo de inspección continua de código.
“Contar con el apoyo de excentia nos resulta muy útil. Nos proporcionan nuevas ideas basadas en toda su experiencia. Nos presentaron un proyecto estructurado en fases muy bien identificadas que nos transmite mucha confianza. Su incorporación ha resultado enriquecedora para todos los implicados, tanto para Hofmann como para los proveedores externos”
Victor Saiz, Departamento de IT de Hofmann.
Desglosamos, punto por punto, qué hemos hecho junto a Hofmann para mejorar la calidad del código con sus productos.
Con todas estas acciones, poco a poco, Hofmann fue conociendo mejor su código, se ha depurado la corrección de errores y como consecuencia son más concretos a la hora de reportar bugs.
Tras un primer análisis, el equipo de Hofmann pudo identificar los bugs bloqueantes o críticos y centrarse en su reparación, priorizando así mejor sus tareas. La foto inicial mostró un buen estado en la calidad del código
con muy buenos datos de mantenibilidad, y calificaciones adecuadas en seguridad y fiabilidad. No obstante, se detectó un alto porcentaje de código duplicado.
Con toda esta información, Hofmann conoce sus virtudes y defectos, el código y la calidad de este que le ofrecen sus proveedores. Ahora, puede trabajar bajo una metodología definida y argumentada, sin afectar al funcionamiento del negocio.